“No soy un hombre fácil”, un mensaje feminista que queda corto.
- Giselle Olmedo
- 3 may 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 feb 2019
Netflix es una plataforma en la que encontramos una variedad de películas y series que suelen ser muy repetitivas en cuanto a roles de género.
El machismo tiñe la mayoría de las propuestas que nos ofrece este espacio de entretenimiento, y ante una opción que se torna diferente encontramos un poco de esperanza para mostrar el daño de lo que se naturaliza. Es con el boca a boca que las series y películas reclutan más espectadores: algo nuevo es lanzado y son los usuarios los que se encargan de darle relevancia mediante recomendaciones en redes sociales y comentarios.
Una comedia francesa empezó a trascender por Twitter. Se trata de “No soy un hombre fácil” (originalmente Je ne suis pas un homme facile), dirigida por Eleonore Pourriat. La misma, promete un giro ante la forma en la que la mayoría de los films muestran el patriarcado. Se trata de un protagonista machista que tras un accidente despierta en un mundo en el que esas actitudes de dominación y humillación están en manos de las mujeres.
Un patrón que se repite al leer comentarios de espectadores de la película es la sensación de incomodidad por parte de los hombres ¿Es ese “machismo al revés” lo que mejor funciona para que puedan entender desde su lugar lo que el patriarcado genera en las mujeres? Discriminación laboral, abusos de poder, injusticias hasta en lo sexual, sentimiento de inferioridad y una postura servicial constante son algunas de las cosas que el protagonista tiene que enfrentar cuando vive en carne propia lo que padece realmente el género femenino.
Hasta en muchas circunstancias que se muestran en la película entendí que hay imposiciones machistas que vistas desde otra perspectiva no tienen coherencia, pero simplemente las aceptamos y actuamos en base a las mismas porque así nos enseñaron en muchos espacios que es lo normal. Es por estas razones que entiendo, relacionando esta película con la capacidad de visibilizar todo lo que muchas mujeres sufren solo por ser mujeres, que es una forma efectiva de acercar aún más a los hombres lo que nosotras pasamos, que es mostrando lo que tendrían que soportar ellos.
Sin embargo hay un punto que no me termina de cerrar. Con todo el peso del mensaje que tiene esta película, considero no queda claro que el pasaje del protagonista de un mundo a otro no significa que por uno ser machista el opuesto es feminista. Esto presta a confusiones, porque tal vez quien desconoce lo que el movimiento feminista realmente propone puede quedarse con la idea de que este no busca la igualdad sino un machismo pero al revés, entonces algún espectador puede terminar de ver la película expresando que “ni una cosa ni la otra”. Puede escaparse esto de las manos de quien evidentemente hizo un gran esfuerzo en retratar las desigualdades más naturalizadas y cotidianas, puede haber fallas en lo que todavía se está construyendo. Por eso mismo, creo que es esta una película que más allá de ritmo lento con respecto a las de Hollywood resulta concisa al dar un mensaje muy importante: que este mundo no es el más justo y la idea de supremacía de un género por sobre otro es errónea.
Por lo demás, ojalá algún día no sea necesario explicar que feminismo y machismo no son inversamente iguales. Mientras, esa incomodidad que tantos hombres sintieron al ver la película y reconocer lo difícil que sería para ellos vivir en un mundo así, es la que nos toca a nosotras todos los días, en este mundo que no es ficticio.
Muy buena nota!