Repensar la educación desde la comunicación
- Agustina Girardelli
- 2 may 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 feb 2019
“ Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción” Paulo Freire
Viernes a la tarde, vuelvo de un taller sobre alfabetización en la escuela primaria y varias palabras resuenan en mi cabeza. Comunicación, expresión, reflexión. Resuenan porque ya desde hace unas semanas, cuando empecé en el taller de apoyo escolar hay algo que me da vueltas: la manera mecánica vacía en la que la escuela enseña algunas cosas; repitiendo y sin soplar, memoria, memoria y nada de pensar.
Tomo como ejemplo algo pequeño pero para mí representa algo gigante: cómo la escuela se empeña en que los chicos sepan las tablas de memoria. Y el punto va más allá de si es importante o no que las sepan de memoria, sino que la memoria es más importante que la comprensión y que el desarrollo de cualquier actividad. Más de uno de los chicos no sabe qué operación está inserta en la multiplicación; vamos a decir, no entiende por qué el resultado es tal y peor aún, cree que si no sabe las tablas de memoria no puede hacer el ejercicio. ¿Que tendrá que ver la comunicación en todo esto? Creo que el punto débil en la enseñanza es el que debería ser el motivo último de la educación: la comunicación. ¿Por qué es importante que un chico aprenda a escribir? Para comunicar. ¿Por qué es importante que un chico sepa leer? Para poder estar comunicado. Y me sorprendí al encontrar en el diccionario una definición que creo bastante acertada y poco mecánica, comunicar es hacer partícipe a otro de lo que uno tiene. Comunicar es la manera que tenemos de exteriorizar todo eso que pasa por nuestras mentes. Me gusta más decir que es el modo de expresar el mundo interior, expresar lo que creemos del mundo exterior y sobre todo, es lo que permite hacer inteligible ese mundo del que somos parte. Comunicar de manera oral, escrita o por señas es la forma que toman nuestros pensamientos al ser exteriorizados. Y al expresar lo que pensamos le estamos dando sentido y posibilidad a eso que pensamos; posibilidad entendida como acción.
Por otro lado, la comunicación es social, se da siempre con otros; y construir un vínculo que ayude a ese desarrollo me parece primordial. Cuando pienso en el rol del docente pienso en alguien que esté dispuesto a ayudar en ese proceso de construcción de personas activas, reflexivas, criticas. Sin embargo veo más un gusto por la repetición que por la construcción. Por digerir contenido sin masticarlo. Y lo que es peor, una repetición sin entendimiento, lo cual deja vedada por completo la opción de producción. La comunicación juega un rol en esto porque justamente es ella la que permite esta acción y el desarrollo de individuos activos.
Creo que esta una perspectiva desde donde pueden abordarse algunos de los problemas que la educación arrastra desde hace tiempo. La educación debe permitir la construcción de seres libres y no meros reproductores pasivos. Y por dejar un poco la manera apocalíptica debo decir que hay muchos maestros que desde hace tiempo, toman la posta para la construcción de una educación diferente.

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