Treinta y siete

“Todas las guerras son guerras entre ladrones demasiado cobardes para luchar, que mandan a otros a morir por ellos”- Emma Goldman.

Treinta y siete años han pasado. Se cumple un nuevo aniversario del inicio de la guerra con Gran Bretaña en 1982. Treinta y siete años con heridas abiertas.

Todos ellos quedaron inmortalizados como “héroes” porque conocer sus nombres era imposible. Y tan imposible fue que muchos de ellos fueron enterrados como “soldados argentinos sólo conocidos por Dios”, enterrados todos por igual, sin distinción.

Se olvidaron que tuviste sueños y una historia. Fuiste a defender este territorio que nos pertenece por derecho. Cada uno y cada una, tuvieron un inmenso coraje para combatir frente al imperio y la inmensa ventaja que nos llevaban. Vos tuviste tanto frío, hambre y desolación.

Ya van treinta y siete años con secuelas. Te entregaron sin el equipamiento equitativo a tu enemigo y sin la preparación necesaria que ibas a requerir. Corrompieron tus sueños y tu dignidad.

Setenta y cuatro días duró. Te fuiste caminando y no volviste más. Te enterraron y en tu lugar colocaron una cruz, sin nombre, sin un cuerpo, sin un espacio físico determinado en donde llorarte. Seiscientos cuarenta y nueve muertos.

En algunos casos no te devolvieron y la esperanza de que regreses se fue diluyendo. El dolor de saber que la realidad golpeaba tan fuerte y sin piedad se acrecentaba en el pecho de quienes te extrañaban a diario. Sin embargo, ver el nombre en la cruz, después de tantos años, cerró un capitulo en la vida de madres, hermanos y familiares.

La presencia de mujeres en esa guerra fue ocultada por muchos años. Pero vos, te sentiste cuidado y amado. La presencia de esas mujeres fue un secreto, porque ellas sabían bien de la suciedad, el hambre, el frío, la angustia y la soledad que pasaste.

Con el tiempo, el sentimiento por Malvinas se fue incrementando, y apareciste vos, enterrado, con una cruz con tu nombre. Y aparecieron ellas que se cansaron de callar y decidieron dejar de ser invisibles frente a esta tragedia que fue la guerra. Apareciste vos y aparecieron ellas que tan ocultadas estaban. Apareciste vos y aparecieron ellas que se encargaron de cuidarte, de curarte y de contenerte en tus últimos días de vida.