¿Es el fin de “La Faraona”?
- David Arebalo
- 24 oct 2020
- 3 Min. de lectura
¡Holiss, bellos míos! Dice Martín Cirio cada vez que la cámara se enciende y comienza un nuevo video de YouTube en el que “ventila” toda su vida: aventuras sexuales, romances, chismes, críticas a famosos e historias desopilantes de fiestas en las que está de “pasti”. Cirio se hace llamar “la Faraona”, un personaje de no ficción que todo lo cuenta, desde su diario íntimo de la adolescencia del 2001 hasta su “consultorio” de email en el que le piden consejos sexuales y de amor, aunque termina hablando de sí misma y de “Nacho” su ex pareja por el que tanto lloró, sufrió y padeció una relación obsesiva. Además, intenta mostrarlo casi todo y enseña a higienizarse el ano con un enema, no teme exhibir los preservativos que usó en sus “garches”. El influencer supo construir una comunidad de seguidores muy leales a través de la identificación y la empatía en un lenguaje particular como sostiene Carolina Duek, investigadora del Conicet. Toda la fama del youtuber podría quedar atrás al aparecer sus tweets del 2010, con un fuerte contenido de apología a la pedofilia.

Parecía una historia de Instagram más de la Faraona, su nuevo blanco de tiro fue el cantante de cumbia “El Dipy”, al que criticaba por el tema “El Cuida” de 2007 cuya letra dice: “15 años ya cumplio hace poquito, que fiestita que le hicimos los pibitos.” Poco tardó el famoso de la movida tropical en responder que esa canción era de la banda “El Empuje”, de la cual él era contratado para cantar, y señaló a Cirio con unas capturas de pantalla con polémicas frases del influencer. Rápidamente Twitter estalló ante los tweets de Martín Cirio del año 2010 con microrrelatos en primera persona de violaciones e insinuaciones a menores de edad, y el escándalo llegó para instalar #LaFaraonaFalleció en alusión a los miles de seguidores que perdió.
¿Uno es uno en las redes sociales? Siguiendo al ensayista francés Phillippe Leujeune, es que podemos pensar nuestros perfiles de Facebook, Twitter e Instagram como grandes pactos autobiográficos entre las figuras de autor, personaje y narrador. Todo lo que se dice tiene que parecer verosímil, que le haya sucedido de manera real a quien enuncia. Pero, ¿somos lo que decimos? Para Martín Cirio, en Twitter no había personas sino personajes. No se mostraban la cara ni se ponían nombres reales, y se buscaba ser polémico. Llamarse “La Faraona” es construir un personaje de no ficción, del que no está separado de Cirio y ambos conviven en las redes sociales. Para justificar sus tweets, Martín Cirio señaló que sería absurdo pensar que “Micky Vainilla” haría nazi a Capusotto, pero esta comparación resulta errada ya que en “Peter Capusotto y sus videos” está muy clara la diferencia entre personaje e intérprete.
La Faraona no está dentro de una serie de Netflix, ni encuadra lo que dice dentro de un guión. Por eso sus escritos del 2010 forman parte de una enunciación tan cuestionada, y lo que dice no puede ser categorizado de humor: no hay chanza ni remate, aunque ni empleando esas formas de discurso debería justificarse. Además el youtuber era docente de Inglés de menores de edad al momento de escribirlos. En los dichos de Cirio se ve vulnerada la integridad de niños/as y adolescentes bajo el escudo de “Twitter era así”. Solo le cabe la categorización de apología de la pedofilía, por la cual fue denunciado penalmente.
En las redes sociales todo parece estar mezclado: vida personal, humor, pensamiento político y conflictos. ¿Quién es Martin Cirio? fue su último video en Youtube, y ahí dio su justificación de que no iba ser La Faraona: “Siempre fui un personaje, hablar en serio a mi me cuesta mucho y la realidad de que mis videos siempre sean en joda y exagere todo lo que dije o cosas que le pasaron a mis amigas, o de cosas que leí, La Faraona es un 30% de mí”. La autobiografía siempre te pone en protagonista. No hay discurso político del feminismo ni los derechos LGTB que le den tregua a Cirio para que la comunidad de seguidores puedan volver a verlo con la misma gracia.
¿O sí, o no? ¡Parala loka! ¡Callese señora! ¡Es un bello y sereno hombre!: Todas frases que cualquier seguidor de Cirio sabe e incorporó a su propio lenguaje. ¿Podrá seguir La Faraona convocando? Cuando se escribe sin medir consecuencias, se vulneran a tantas víctimas padecientes de violaciones y abusos infantiles, no hay “archivo digital” que justifique los cambios de tiempos. Lejos queda pensar que “las palabras se las lleva el viento”, cuando todo queda registrado en Internet.
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