¿Sabe usted que el promedio de vida de las personas trans es de 35 años?
- Florencia Calderon
- 11 oct 2020
- 2 Min. de lectura

Hoy 11 de octubre, se cumplen 5 años de su travesticidio. Hoy, si no hubiese sido asesinada por Gabriel David Marino, Diana Sacayán tendría 44 años.
Activista trans y militante combativa, puso en cuestión junto con otrxs compañerxs el lugar de confort que otorga la heteronormatividad, y se cargó al hombro la lucha por la identidad de género. Entendió, como muchxs de nosotrxs, que un mundo que no te nombra y que te niega no solo te empuja a la marginalidad sino que oculta tu existencia.
En octubre del 2015, un día como hoy, alguien la atacó y la golpeó en el rostro, en la cabeza, en el pecho, en los brazos y en cada parte de su cuerpo. Diana ya tenía una hemorragia interna, sin embargo, su asesino no conforme aún y movilizado por el odio prosiguió a maniatarla. Finalmente le dio 13 puñaladas: 2 de ellas fueron mortales. El cuerpo de Diana ya no era su cuerpo, la vida de Diana ya no era su vida.
Sacayán había comprendido desde joven que al nombrar se crean mundos y que los mundos pueden ser diversos. Pero también que a veces la diversidad no es bien vista y que la lucha por ella cierra muchas puertas. Algunas puertas corresponden a la familia y amistades, otras a la universidad y otras al trabajo. Por eso, ella peleaba por la inclusión social del colectivo trans. Sacayán fue una de las impulsoras de la Ley de Cupo laboral trans, porque al igual que muchas activistas entendía que no iba a haber inclusión social si en esa inclusión no estaban incorporadas las disidencias.
“Todas las heridas fueron en vida” confirmó el forense de la Corte Suprema de Justicia, Roberto Cohen. Diana había sido asesinada brutalmente por ser travesti. Fue un crimen de odio, fue un travesticidio. ¿Sabe usted que el promedio de vida de las personas trans es de 35 años? (1)
Sus compañerxs de lucha hartxs de la injusticia alzaron la voz, se movilizaron y lograron que en 2018 la sentencia sea caratulada como “Homicidio calificado por odio a la identidad de género y por haber mediado violencia de género”. Fallo histórico. Parecía una esperanza dentro de la desesperanza. Sin embargo, hace unos pocos días, Casación decidió confirmar la condena de Marino pero quitándole el agravante de crimen de odio. Esta vez los golpes y las puñaladas fueron más profundas. Una condena que atrasa, una sentencia que invisibiliza la violencia que sufre el colectivo y una (in)Justicia sin perspectiva de género que no es capaz de ver la violencia estructural que existe hacia travestis y trans.
¿Se entiende la importancia de llamar las cosas por su nombre? Diana no se fue, está presente en la lucha de un montón de compañerxs que dan batalla día a día para no ser invisibles nunca más. #FueTravesticidio.
(1) Según el Programa De Las Naciones Unidas Para El Desarrollo (PNUD)
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