Y chufa chufa cha ¿Cris Morena a la escuela?
- Anónimo
- 30 may 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 feb 2019
Por David Arébalo.

“¿Qué hago yo acá?” se preguntó la creadora de Chiquititas en la charla del 10 de mayo que organizó el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para “compartir un espacio sobre educación y creatividad”. El proyecto de Cris Morena es “Otro Mundo” para “transformar la educación formal” en la que se crearán dos “viveros”, o espacios de aprendizaje, para la formación en artes escénicas, tecnología y producción audiovisual.
La creadora de Jugate Conmigo aparece hablando junto a Horacio Rodríguez Larreta, en medio del conflicto por el proyecto oficialista de creación de la Universidad de Formación Docente (UniCaba), en la que la profesión docente es vapuleada e idealizada simultáneamente como algo pasado de moda.
¿Cris Morena puede realizar proyectos de educación?
Podemos pensar a la educación como un campo de formación de saberes, en las que se ven a los sujetos sumergidos en etapas del desarrollo cognoscitivo, en la que un acompañamiento profesional es la clave para el alcance del pensamiento abstracto; entonces la respuesta sería un claro no. Una persona del mundo del espectáculo no puede hablar al nivel de un pedagogo o especialista en educación. Ahora, si pensamos en el derecho a la comunicación, cualquier ciudadano tiene derecho a expresar e involucrarse en la educación. La productora televisiva puede aportar pensamientos, ideas y saber desde las creación de sus escuelas holísticas, ya que es un miembro de la comunidad y una referente de los medios masivos de comunicación que supo (y sabe) crear grandes éxitos televisivos y formó figuras como Lali Esposito, Luisiana Lopilato y Peter Lanzani, entre otros.
¿Cuál sería el inconveniente del proyecto “Otro Mundo”? El problema es que las instituciones educativas no son el hogar mágico “Rincón de luz” ni el “Mandalay” de Casi Ángeles. Para Sarlo, ensayista y periodista, “la escuela saldría perdiendo antes de comenzar la carrera con la televisión” ya que en ambas se establecen roles distintos; es decir, en la escuela las cosas no son ni fáciles, ni inmediatas, ni se conectan directamente con los deseos, ni siguen las modas.
Educación y medios no necesariamente van de la mano, aunque Cris Morena en el final de su serie televisiva Rebelde Way (2003) dejará como mensaje: “En un país tan sufrido como este no debería existir las élites de poder y sí los colegios abiertos para todos” y que Élite Way School (colegio ficticio) pasaría a ser un colegio estatal. Entonces ¿por qué su creadora habla de educación y no menciona el intento por parte de la gestión de Larreta de cerrar 29 institutos de formación docente como el histórico Instituto Superior Joaquín V. González, el Alicia Moreau de Justo y el Mariano Acosta? Si en el orden de la ficción expresa un apoyo a la educación estatal, ¿es ético sentarse al lado de la máxima autoridad de la Ciudad sin mencionar el conflicto?
Por último cabe recordar que, como dijo Sarlo,“lo que la escuela no da, la tele no presta” y que con los chicos que más sufren la pobreza y el abandono, es la educación la que más debe construir un espacio calificado, donde las cosas sean diferentes.
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